MADRID.- El Gobierno español aprobó el Proyecto de Ley del Cine, que prevé ayudas para las salas que exhiban al menos un 40 por ciento de cine europeo e iberoamericano.
En una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, dijo que la "cuota de pantalla" -medida rechazada por los exhibidores- se contabilizará por sesiones, y no por días, y se tendrá en cuenta el conjunto de las salas integradas en un mismo complejo.
La Ley prevé ayudas a las salas de cine que cumplan determinadas condiciones respecto a las producciones que proyectan: al menos un 40 por 100 de películas comunitarias e iberoamericanas, preferencia de versiones originales subtituladas o exhibición de cortometrajes.
La ministra de Cultura, Carmen Calvo, también presente en la rueda de prensa, recordó la "responsabilidad añadida de nuestro cine, que llega a 500 millones de hispanohablantes", y afirmó que la ley refuerza por primera vez la producción de documentales, cortos, películas para televisión y animación, en una "apuesta por la diversificación de formatos y en apoyo a los más jóvenes".
Los exhibidores y distribuidores recibirán ayudas para "mejorar salas en todo el territorio" y los directores de fotografía serán considerados como autores. Además, en el Ministerio de Justicia se creará un registro para proteger la propiedad intelectual de las obras audiovisuales.
La Federación de Productores (FAPAE) cree que el texto "deberá servir como el revulsivo que necesita el cine" y se pone a disposición del Parlamento para conseguir una ley "consensuada y equilibrada" en la que lo "más relevante sean los contenidos económicos".
El presidente de la Federación de Distribuidores Cinematográficos (Fedicine), Luis Hernández de Carlos, se alegró de que el texto "salga adelante", porque -dijo- "lo que hay que hacer son buenas películas".
Sin embargo, los exhibidores creen que el texto "criminaliza y margina a las salas de cine" y beneficia a los productores al perpetuar "un sistema de financiación basado en las subvenciones públicas, al tiempo que permite el abuso de dominio de las 'majors' de Hollywood".