NUEVA YORK.- Naomi Campbell ya no quiere más problemas con la ley, así que negoció una demanda que presentó en su contra una ex empleada que reclamaba que la súper modelo la maltrató verbal y físicamente.
El acuerdo de la demanda presentada por Amanda Brack, de Fort Lauderdale, Florida, salió a la luz el jueves cuando un juez de Manhattan emitió una pequeña orden concediendo la eliminación de los cargos.
La orden sólo decía que “la acción legal se ha negociado y queda descontinuada” según un documento firmado por los abogados que tiene fecha del 27 de abril. Los términos del acuerdo no fueron revelados, y los representantes legales de Brack y Campbell no respondieron llamadas telefónicas.
Brack, de 21 años, demandó a Campbell en julio de 2006 por daños no cuantificados, y la acusó de asalto, agresión, detención injustificada y angustias emocionales.
Según los documentos presentados por la ex empleada los incidentes comenzaron aproximadamente un mes después de que comenzó a trabajar para la súper modelo británica, en febrero de 2005.
La acción legal de Brack fue presentada mientras Campbell, de 36 años, negociaba con los fiscales de Manhattan acerca de otros cargos por agresión. En ese otro caso Campbell estaba acusada de tirarle un teléfono celular a la empleada chilena Ana Scolavino con quien discutía por unos jeans que se le habían perdido.
El abogado de Brack, Gerald McCarthy, ha dicho que su cliente y Campbell se conocieron por primera vez en París en el baño de un centro nocturno donde la modelo se quejaba acerca del malfuncionamiento de su ropa. En ese momento Brack la ayudó y le causó buena impresión a la modelo, por lo que le pidió que trabajara con ella.
McCarthy señaló que luego de un mes Campbell agredió a su cliente en múltiples ocasiones como por ejemplo, en Brazil en el 2005, en Marruecos y en su apartamento de Park Avenue en Manhattan.
El último incidente que colmó la paciencia de Brack fue julio de 2005 cuando Campbell insinuó que le estaba robando. Unos días después renunció.
En el caso por arrojarle un teléfono a la empleada, Capmbell aceptó una sentencia de trabajo comunitario por varios días y ante la atención de medios de comunicación sobre ella, hizo de su llegada al lugar de trabajo una pasarela de moda, estrenando ropa de diseñadores famosos.