Claudio Arredondo encarna a Eugenio Berríos: "Fue difícil, uno igual tiene su posición"

SANTIAGO.- Si un actor pensara en un personaje difícil de interpretar, tal vez se le vendría a la mente alguno salido de la pluma de un connotado dramaturgo. Sin embargo, la realidad también suele aportar con varios.

Y si además del peso dramático del personaje se agrega un trasfondo oscuro que persiste en torno a él, tal vez sean menos los que quieran tomar la responsabilidad de encarnarlo. Algo así puso pasarle a Claudio Arredondo ("Alguien te mira"), a quien le tocó la difícil misión de dar vida al ex químico de la Dina Eugenio Berríos, en la cinta uruguaya "Matar a todos", que se verá por primera vez en Chile en agosto, en el marco del Festival Sanfic.

Pese a que la aparición del personaje en la película es relativamente breve, el actor reconoce que interpretarlo fue "difícil. La etapa en que se le muestra es la etapa en que está angustiado porque lo van a matar. Darle vida a un tipo angustiado porque necesita ayuda, sabiendo todo su trasfondo, es complejo. Uno igual tiene una posición al respecto", dice.

-¿Qué aspectos de su vida aborda la película?
-La escapada, su estadía en la comisaría y, luego, cuando lo van a buscar y lo matan.

-¿Se abordan temas no resueltos, como su posible responsabilidad en la muerte de Eduardo Frei Montalva?
-A lo largo de la investigación se van revelando detalles de un plan que tenía para montar gas sarín en unos aviones y esparcirlo en Buenos Aires. Por eso se llama "Matar a todos".

-La muerte de Berríos dejó muchos cabos sueltos, como el mismo caso Frei Montalva. ¿La película se inscribe en una tesis, en esos casos?
-No. En la película, la fiscal que empieza a investigar el caso comienza a saber de las implicancias de este muerto, que nadie sabe quién es. Después, al saber su identidad y quiénes están detrás de su muerte, se queda más en eso. Uno de los involucrados es el padre de la fiscal, que es un ex militar. Pero no es una recreación de la vida de Eugenio Berríos.

-¿Entonces no alcanzan a tratarse algunos aspectos de la vida de él, como su inestabilidad, sus problemas con drogas?
-No. Sí se mencionan las implicancias que él podría llegar a tener en algunos casos, como la confección de gas sarín y la muerte del general Prats, pero sólo como datos.

-De todos modos, interpretar a Berríos no es cualquier cosa. Hay mucho secretismo a su alrededor.
-Sí, tanto en Chile como en Uruguay. Allí yo creo que va a tener gran repercusión periodística, Uruguay es un país chico y los militares involucrados todavía forman parte de la oposición al gobierno. Y el caso Berríos en Uruguay es muy conocido.

-¿Tuviste temores en algún momento?
-No, para nada. El director sí se planteó algunas cosas, por eso cambió algunos nombres. El único que lo mantiene es Eugenio Berríos, aunque los demás personajes son identificables. Pero no hay temores concretos.

-¿No ha pasado nada que te haya dejado la duda sembrada?
-No. ¡Por suerte! Si empezara a pasar algo... No lo había pensado, pero a lo mejor en los últimos hechos de mi vida, puede ser.