El arqueólogo Zahi Hawass.
APSANTIAGO.- “Ella era muy obesa, tenía malos dientes, sufría de diabetes y murió de cáncer a la sangre”, asegura por teléfono desde El Cairo el arqueólogo Zahi Hawass, Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.
¿A quién se refiere? Ni más ni menos que a la momia de la reina egipcia Hatshepsut, cuyo paradero había sido un misterio por casi 3.500 años. Y que esta semana fue identificada usando la tecnología más avanzada disponible en la actualidad.
“Este es el descubrimiento más importante desde el hallazgo de la tumba de Tutankamón”, dice Hawass a “El Mercurio” sin asomo de duda.
Hija de Tutmosis I y Amosis, Hatshepsut perteneció a la decimoctava dinastía. Cuando su padre murió, Tutmosis II —hijo de su segunda esposa y medio hermano de ella— asumió el trono.
Pero tras la muerte de este faraón, Hatshepsut se convirtió en regente —ya que su hijastro, Tutmosis III, era muy joven— y tomó el control de Egipto. Poco a poco comenzó a asumir el rol de faraón, llegando a aparecer vestida con ropas masculinas y usando barba postiza. Además tomó el nombre de “Señora de las Dos Tierras”, se proclamó “Rey del Alto y Bajo Egipto”, reclamó un linaje divino (“hija de Ra”), hizo la guerra contra Nubia y mandó construir imponentes obeliscos, templos y palacios.
Aproximadamente el año 1458 a.C. Hatshepsut murió o fue depuesta tras 20 años de gobierno. Entonces Tutmosis III comenzó una campaña destinada a borrar su nombre de toda inscripción.
“Realmente quería saber algo más de esta reina. Escribí un libro acerca de las mujeres en el antiguo Egipto y ese libro me condujo hasta esta importante reina”, explica Hawass.
Momia perdida
Sin saberlo, en 1903 el arqueólogo Howard Carter (quien en 1922 descubriría a Tutankamón) abrió una tumba donde encontró el sarcófago de Tutmosis I. Junto a él estaba el sarcófago de Hatshepsut, pero se encontraba vacío.
Su cuerpo permaneció perdido durante décadas, hasta que Hawass inició una serie de estudios a dos momias no identificadas que se encontraban en la tumba KV60, del Valle de los Reyes. Una de ellas tenía una posición ligada a las momias de la realeza: el brazo derecho derecho junto al cuerpo y el izquierdo doblado en ángulo recto con la mano sobre el pecho. Esto ofreció la primera pista.
Entonces se comparó el ADN mitocondrial de ambas momias con el de Ahmose Nefertari, matriarca de la decimoctava dinastía, y descubrieron que una de ellas arrojaba un parentezco genético.
Luego se encontró un fragmento dental dentro de un frasco canóptico —donde se guardaban los órganos de los embalsamados— que tenía escrito el nombre de Hatshepsut. Esto llevó a realizar nuevas pruebas en la momia analizada.
Midiendo en Unidades Hounsfield (UH), que es la escala para describir la densidad radiológica, se comparó el fragmento con la dentadura de la momia investigada. El trozo tenía 1.549 UH y el diente de la momia 1.591 UH. Ambas cifras se consideraron idénticos al ubicarse entre los 1.500 y 2.000 UH.
"Estamos seguros de que es la momia de Hatshepsut, por el diente y su ADN. La investigación se condujo durante un año entero”, asegura Hawas a “El Mercurio”.
Toda la investigación quedó registrada en un documental que Discovery Channel transmitirá en Chile el próximo domingo 15 de julio, a las 21:00 horas.
El nuevo proyecto
“Mi siguente paso es seguir trabajando con momias de la realeza, para aprender más sobre sus enfermedades y saber cómo murieron. Y al mismo tiempo hacer más exámenes de ADN para confirmar sus lazos sanguíneos”, dice Hawass a este diario, al explicar las próximas etapas de la investigación. “Asimismo, la momia de Hatshepsut comenzará a ser exhibida al público en el Museo de El Cairo”.
Sin embargo, la investigación de Hatshepsut no es lo único que mantendrá ocupado al doctor Zahi Hawass este año, y ya adelanta su siguiente proyecto:
"He estado excavando en las ruinas de Taposiris Magna, a unos 50 km al oeste de Alejandría, durante el último año y medio buscando la tumba de Cleopatra y Marco Antonio. Esta área nunca ha sido explorada antes y ya hemos excavado unos ocho metros. Vamos a continuar excavando para llegar a la tumba y esperamos hacer un gran descubrimiento muy pronto".