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"Hay espacio para hacer música alegre sin que sea estúpida"

29 de Junio de 2007 | 00:00 |
Lee aquí los datos del concierto

El grupo, brazo musical de la compañía de teatro La Patogallina, hace un alto en su febril agenda de actuaciones colectivas para un concierto único en el Cine Arte Alameda. Se dispone a reeditar su reciente disco Ojos de tolueno y en sus nuevas canciones llama la atención sobre asuntos como el siguiente: "Qué vas a hacer con tantos hoyos en la cara cuando los piercing pasen de moda".

David Ponce


Contiene tolueno: La Patogallina Saunmachín toca este viernes a las 22 horas en el Cine Arte Alameda, de Alameda 139 (foto: Daniel Trincado).
Las calles de Santiago están empapeladas con afiches de actuaciones de La Patogallina Saunmachín, anuncios todos de conciertos que suelen terminar en fiestas en conjunto con gente como la Banda Conmoción, Chico Trujillo o Juana Fe. Pero el grupo, brazo musical de la compañía de teatro La Patogallina, está listo para un concierto exclusivo, con la actuación que darán este viernes 29 en el Cine Arte Alameda.

"Como siempre tocamos con hartas bandas no tenemos el tiempo para preparar un concepto general. Éste es un recital de nosotros solos y nos da más tiempo para preparar la escenografía, trabajar con el vestuario, hay una cuestión visual que se va a trabajar más", distingue Martín Erazo, el cantante del grupo. "Como si fuera un lanzamiento. Es distinto a los recitales habituales".

–¿Se parece más a cuando tocan en una obra de teatro del grupo?
"Un poco. No llega a ser tan contemplativo", precisa. "Además cuando tocamos en la obra siempre estamos en las espaldas del público", agrega el guitarrista Jaime Molina. "Y yo creo que se va a armar igual un desorden".

Emancipada la compañía teatral madre que se inició en 1996, La Patogallina Saunmachín tiene una vida propia prensada además en sus dos discos a la fecha, Perdónalos porque no hacen lo que saben (2003) y el aún fresco Ojos de tolueno (2006), además de sus apariciones en los discos en vivo Rock & rejas (2004) y Catedral en Coma (2006). "Hace un tiempo venimos armando un repertorio de canciones nuevas, y es lo que vamos a tocar bastante en el cine", adelanta Erazo, con novedades más melódicas como "Balada Marco" entre ellas.

–¿"Balada Marco"?
"Lo que pasa es que está inspirada en la melodía o en la idea de la canción de ‘Marco’".

–¿"En un pueblo italiano / detrás de las montañas"?
"Sí", sonríe. "Pero de ahí partió. Después se fue transformando. La melodía es bastante similar, pero el arreglo musical tiene una onda más de Ángeles Negros, un sonido bien psicodélico", agrega. Y otras canciones nuevas tienen títulos como "Todo mal", "Odio puro", "Corazón de colibrí", "Rock and Raúl" y "Beatriz Vicencio".

–¿Beatriz Vicencio? ¿"La moda al día"?
"Claro".

–¿Es un tributo a Beatriz Vicencio?
"La letra es una extrapolación que tiene que ver con el rollo de la moda. Dice, por ejemplo, ‘qué vas a hacer con tantos hoyos en la cara cuando los piercing pasen de moda’. A qué nivel te sacrificas por eso. Porque si mañana está de moda cortarse una oreja, hay gente que lo hace por convicción", explica el cantante. "Pero hay muchos abuelitos que después van a tener la oreja así", completa el guitarrista, y simula un gran hoyo en el lóbulo de la oreja. "Y los nietos les van a preguntar ‘Abuelito, ¿por qué tiene la oreja así?’"


El golpe químico

Todas esas canciones están destinadas a un futuro disco, pese a lo reciente de Ojos de tolueno. "Este disco recopila temas que estábamos haciendo desde antes", dice Martín Erazo. "Y para grabarlo tuvimos un poco más de experiencia, pero creo que igual nos falta más".

–Todas las semanas aparecen carteles nuevos con actuaciones de La Patogallina Saunmachín en las murallas. ¿Esa experiencia se ha hecho más frecuente?
"Sí. Y nosotros encajamos bien en ese circuito también, que tiene onda de fiestas, aunque yo siento que no es todo para nosotros, igual nos interesa disparar hacia otros lados. Encajamos bien porque una parte de la banda viene en ese rollo. Y lo otro bueno es que ha funcionado bien con la gente. No es algo tan fortuito, hay un público asegurado que va a esos recitales".

"Nos pasó con el lanzamiento (de Ojos de tolueno). Hicimos el (Galpón de) Víctor Jara solos y fue mucha gente, se veía lleno, y fue bacán saber que podemos llenar un local así", agrega Jaime Molina. "La banda igual tiene un impacto aunque nunca la hayas escuchado", dice el cantante. "La otra vez fuimos a un colegio a tocar, en el día, y (los colegiales) se volvieron locos".

–¿Se sienten más acompañados ahora por grupos como La Mano Ajena, Juana Fe, Ginebra?
"Es que yo creo que es un proceso de la música en general", considera Erazo. "La gente siente que ya no solamente puede ser música de protesta, que hay espacio para hacer música alegre, por decirlo así, sin ser estúpida. Y eso tomó un tiempo para que la gente lo aceptara. Eso se ha ido soltando de a poco, creo que es un fenómeno que va a seguir".

–¿Hay algunas de estas actuaciones que recuerden especialmente?
"Una fecha en Casablanca", dice la baterista Alejandra Muñoz. "No nos conocía nadie, y era gente de todas edades que reaccionó súper bien", recuerda Erazo al respecto. "El colegio también fue impresionante. Generalmente gente de colegio no nos va a ver, igual venimos de un mundo nocturno. Una, tocar de día; y otra tocar frente a niños chicos, y que hayan reaccionado bien".

Como parte de La Patogallina –la compañía–, el grupo acaba de hacer el pre-estreno de su próxima obra infantil, "Los caminos de don Floridor", prevista para ser estrenada en enero. Y antes, en agosto el elenco completo viajará a Argentina y a la ciudad francesa de Aurillac a presentar su reciente montaje "Carrocerías", la misma obra con la que en 2006 actuaron en un festival de teatro en Sao Paulo. Allí la Saunmachín tocó además al cierre del certamen.

"Yo pude ir a Brasil dos veces y estar en festivales de música. Y una cosa que me impactó es cómo trabajan la música en el sentido de una cuestión total. Escénica, musical. Más allá de los estilos de música es un referente en general", dice Erazo. "Además hay dos músicos de la banda que no son de la compañía, el saxofonista y el percusionista. Entonces cuando viajamos nos dan la posibilidad de tocar en cualquier lado", agrega Jaime Molina.

La actual formación de La Patogallina funciona con Martín Erazo (voz), Jaime Molina (guitarra), Cecilia Canto (acordeón, teclados y coros), Patricio Sáez (saxo), Sergio González (bajo), Alejandra Muñoz (batería) y Sergio Figueroa (percusión), y recoge dos cambios recientes: Molina y González se unieron en enero y septiembre de 2005, en lugar de Omar Galindo y Christian Pino, guitarrista y bajista fundadores de la Saunmachín.

"Va cambiando. Cuando tocaba el Omar la música sonaba de otra forma que como la toca Jaime", compara Erazo. Con esa formación vigente el grupo se dispone además a relanzar hacia fin de año, y con el reformado e histórico sello Dicap, su disco Ojos de tolueno, que además tiene como invitados a Vozeto, rapero de la banda funk Mestizo, y a Rolando Jéldres, bajista del grupo experimental Akinetón Retard.

–¿El tolueno es un elemento químico?
"Sí, pues. El elemento que tenía el neoprén, que fue prohibido. El tolueno era el que te daba el golpe en el cerebro", documenta el cantante. "El golpe químico. Tu veías neoprén y decía ‘No contiene tolueno’".

–Y este disco contiene tolueno.
"Contiene tolueno".

www.myspace.com/lapatogallinasaunmachin

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