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Cueca para abrir alamedas

24 de Julio de 2007 | 00:00 |
El ángel de la cueca es el más nuevo disco de este abanderado de la cueca en Chile. Pero no es sólo de él: la cantante de jazz Claudia Acuña, el trompetista Cristián Cuturrufo, el payador Manuel Sánchez y los hermanos rockeros de Chancho en Piedra son algunos de sus más inesperados socios. Es cuestión de atraverse, dice el dueño de casa: "¿Por qué no insolentemente pescar la cueca y meterla en una cosa más experimental?".

David Ponce


El diablo de la cueca: Mario Rojas es el anfitrión en El ángel de la cueca (foto: Héctor Ruz).
Que la cueca es música. Aunque parezca una perogrullada, ésa es la idea que Mario Rojas quiere enfatizar con su más reciente trabajo, El ángel de la cueca, lanzado hace algunas semanas. "La gente en general no asocia la cueca a la música", diagnostica el cantante y compositor, uno de los mayores abanderados actuales de la cueca en Chile. "Por una deformación didáctica y patriótica o por una serie de elementos involucrados, tiende a pensar que la cueca y la música no tienen nada que ver".

–¿Piensan más que es un baile, de hecho?
"Bueno, ésa fue durante la últimas décadas la idea más fuerte, sobre todo durante el período de Pinochet, en el que se hizo de la cueca la danza nacional y se le dio un carácter de emblema patrio. Siento que ésa es una terrible deformación. Y uno de los objetivos de este disco era vincular a grandes músicos con la cueca. Un poco para abrir las perspectivas. Abrir alamedas".

El ángel de la cueca es el quinto disco de este cantante tras Mario Rojas (1992), Musi-cachi-lena (1997), Folklore urbano (2002) y Sartén de estrellas (2005), pero por primera vez aquí firma como "Mario Rojas y mísicos". Y los músicos van desde la cantante de jazz Claudia Acuña y el trompetista de jazz y funk Cristián Cuturrufo hasta el baterista y compositor de Congreso, Tilo González; el guitarronero y cantor a lo poeta Manuel Sánchez, músicos de la banda rockera Chancho en Piedra y nuevos cuequeros bravos como Los Trukeros.


Claudia Acuña (foto: Álex Valdés).
"Fue un trabajo así como en células", dice el anfitrión, que tuvo en el guitarrista Felipe Bravo y el bajista Federico Faure al núcleo de músicos del disco, formado sólo por canciones originales de Rojas. "Tiene mucho trabajo de taller", explica. "Por primera vez después de haber tocado mucho tiempo, sobre todo con Felipe Bravo, logramos hacer algunas cosas de composición en conjunto, y eso quedó registrado".

–¿Siempre tuviste claro a quiénes querías invitar o se fue armando?
"Todos fueron apareciendo en el camino. Claudia Acuña llegó, no nos conocíamos realmente, andaba aquí en el verano, la invité y fue un aporte sustancial".

–¿Qué tan natural fue su llegada a la cueca?
"En los temas en que ella participa hay elementos de cueca, no son cuecas. Pero si hubiera tenido que cantar una cueca tradicional la Claudia Acuña, no tengo la más mínima duda de que lo habría hecho excepcional. Es muy difícil llegar a hacer lo que ella hizo, de hecho ella ya cantaba cueca en el colegio".

–También hay músicos de Chancho en Piedra.
"Los hermanos (Pablo y Felipe) Ilabaca (guitarrista y bajista del grupo) son más cercanos a mí porque Felipe Bravo toca en esa banda. No era difícil preguntarles si les gustaría participar. En los dos temas que hice con ellos no sabía para dónde iba a ir ni cómo iban a ser esas voces. Y es

Manuel Sánchez (foto: Aldo Benincasa).
notable el trabajo de Manuel Sánchez, sin duda. Este disco debió haber partido en el track tres, que es el de él, y en algún momento ésa fue la idea".

–¿Cómo fue el vínculo con Cuturrufo?
"Siempre habíamos pensado en esa posibilidad, de contar con un músico de jazz incorporado. Valoro mucho la generosidad y la buena onda de Cuturrufo por hacer un aporte tan fundamental. El objetivo nuevamente para mí es asociar la cueca a la música. Uno de los objetivos era abrir un espectro de posibilidades. Y por eso es todo ese cruce de géneros".

"Entre los jóvenes que están metidos en la cueca hay grandes músicos y nadie puede dudar de la calidad de unos Santiaguinos, Tricolores, Trukeros o las Capitalinas", agrega Rojas. "Sin embargo siento que se enfrentan a la cueca con una cierta timidez. Como que piensan que evolucionar en la cueca es partir una cueca como un tango que deriva en una cueca, una bossa nova que deriva en una cueca, un blues que deriva en una cueca. Claro, porque están aferrados a la idea de que sea bailable. Pero por qué no insolentemente pescar unos versos de una cueca y meterlos en una cosa mucho más experimental".

–En la introducción del disco citas a Fernando González Marabolí, que es uno de los referentes de la vieja escuela. ¿Cuecas así gustarían a esos veteranos?
"Si quieres que te diga la verdad, a mí no me preocupa. Esa es una tarea que está cumplida, absolutamente aferrada a

Pablo y Felipe Ilabaca, de Chancho en Piedra (foto: Sony Music).
lo que pudimos conversar con ellos y ya sabemos en lo que consiste. Sacar por derecha, arremangar, sacar por mano, toda esa serie de códigos es algo que ya está asumido. Yo pienso que la idea es universalizar estos elementos. Que no consiste necesariamente en hacer que un tipo en Estados Unidos escuche esto y piense que hay que ser huaso para entenderlo, sino que lo entienda como música. Pero que a la vez le deje un elemento de identidad, chilena".

–Es la innovación versus la reverencia.
"La gente que está en el ejercicio de lo tradicional, en la búsqueda de descubrir la tradición, siempre va a existir. Yo no creo que, porque alguien hizo un experimento, los que están en la búsqueda del purismo vayan a dejar de estar ahí. Esto no tiene por qué ser una reacción en cadena. Si Pedro Yáñez, por ejemplo, que es un verdadero y gran investigador y un poeta, está en la búsqueda de reproducir el canto a lo humano y a lo divino, no significa que no pueda haber innovación en esa tarea o en otra. También tienen que haber los que busquen otros caminos".

–¿La cueca podría llegar a ser como el flamenco, por ejemplo, que es un género tradicional pero también actualizado?
"Pasa en el flamenco, en el blues, en el tango, en el bolero. Son caminos que se abren".

–¿Eres tú el ángel de la cueca?
"Yo de ángel tengo re poco. Yo podría ser el diablo de la cueca", sonríe. "Así se llama el disco porque ese fue uno de los temas más logrados, cuyos versos, igual que los que están en varios de los temas, salieron absolutamente en el taller. Unos versos improvisados".

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