SANTIAGO.- Una propuesta simple y de líneas puras es la que presentará el equipo integrado por el régisseur Eric Vigié, el escenógrafo e iluminador Enrique Bordolini y la diseñadora de vestuario Imme Möller, para la popular ópera "Nabucco", de Giuseppe Verdi.
La obra, que será el cuarto título de la Temporada Lírica 2007 del Teatro Municipal de Santiago, relata los difíciles días de los hebreos en el exilio. Sin duda la melodía más popular y una de las más bellas de la ópera es el coro "Va pensiero", en la escena del tercer acto cuando los hebreos esclavizados están a orillas del Eufrates, entonando una oración fervorosa por la patria lejana y su anhelo de libertad.
La escenografía que diseñó Bordolini es una gran Torre de Babel, ubicada al centro del escenario, que se irá abriendo para que de su interior surjan los distintos cuadros, dándole así más continuidad a la puesta. “Tratamos de escapar de la cosa babilónica, pesada y tradicional”, acota Bordolini. E Imme Möller adelanta que creó un vestuario de líneas muy simples, de acuerdo a lo pedido por el régisseur Eric Vigié.
Dos elencos: los protagonistas
El elenco internacional será integrado por cantantes de primer nivel como la soprano Susan Neves (Abigaíl), el barítono Roberto Frontali (Nabucco), el bajo Paata Burchuladze (Zacarías), el tenor chileno José Azócar (Ismael) y la mezzosoprano chilena de carrera internacional María Isabel Vera (Fenena).Junto a ellos estarán Ricardo Seguel (Sumo Sacerdote), Pedro Espinoza (Abdalo) y Claudia Virgilia (Anna).
El elenco del Encuentro con la Opera estará integrado por la soprano Elizabeth Blancke Biggs, el barítono Oscar Quezada, el bajo Ricardo Zanelatto, el tenor Gonzalo Tomckowiack y la mezzosoprano Marisol Hernández. Junto a ellos estarán Pablo Oyanedel, Claudio Fernández y Paola Rodríguez.
Roberto Frontali, barítono de gran carrera internacional, actualmente participa en las Temporadas Líricas de los teatros de ópera más importantes del mundo. Ha sido dirigido por grandes maestros como Gavazzeni, Chailly y Abbado, por citar sólo algunos. Su última presentación en Chile fue en 2004 cuando protagonizó una nueva producción de Rigoletto. Sus actuaciones son siempre elogiadas por su enorme calidad vocal y artística.
También estarán la destacada soprano norteamericana Susan Neves y el bajo georgiano Paata Burchuladze. Ambos regresan a nuestro país para protagonizar una ópera en la que podrán lucir todo su potencial vocal y artístico.
Neves se presenta en la actualidad en las más importantes casas de ópera del mundo y ha desarrollado una carrera muy destacada tanto en la ópera como en el ámbito sinfónico-coral. Su magnífica voz de soprano cautivó al público chileno cuando se presentara por última vez en nuestro escenario.
El gran Paata Burchuladze regresa una vez más a Chile para compartir con su público un arte en el que ha alcanzado un nivel excepcional que ha sido reconocido con múltiples distinciones, grabaciones y una agenda copada con presentaciones en todo el mundo.
La puesta en escena
El equipo ha estado trabajando en esta puesta desde noviembre pasado. Será atípica en lo visual porque no habrá decorados. “Este Nabucco tendrá dos caras: el interior de la torre será templo de Jerusalén, mientras cuando se abra ésta, se expondrá el lado babilónico.
Así se irán descubriendo las escenas. El elemento central de la escenografía, la torre, permite una infinidad de posiciones”, acota Bordolini. El templo, sobrio y majestuoso, tendrá en su borde superior la inscripción en hebreo “Dios sálvanos”. También habrá muchas velas. Esta puesta ya fue vendida al Teatro Argentino de la Plata, donde se presentará en 2008.
Funciones de la ópera internacional: Jueves 23 de agosto (19:00 horas), Sábado 25 de agosto (17:00 horas), Martes 28 de agosto ( 19:00 horas), Viernes 31 de agosto (19:00 horas). Precios desde $11.000. Encuentro con la ópera: Viernes 24 de agosto (19:00 horas), Lunes 27 de agosto (19:00 horas), Miércoles 29 de agosto (19:00 horas). Precios desde $3.500.
"Nabucco", de Giuseppe Verdi, (1813–1901), es una ópera en cuatro actos con libreto de Temistocle Solera (1815–1878), basada en el Antiguo Testamento. El texto impresionó a Verdi y la simpatía por el pueblo hebreo sometido lo llevó espontáneamente a una comparación simbólica con los italianos que vivían en las regiones del país ocupadas por los austríacos en esos años.
Estrenada triunfalmente el 9 de marzo de 1842 en La Scala de Milán, fue compuesta en un período particularmente difícil de la vida del compositor. Su esposa y dos pequeños hijos habían muerto poco tiempo antes y Verdi había decidido no volver a componer.
El libreto de Nabucco cayó en sus manos por encargo de Merelli, director artístico de la Scala de Milán. Al llegar a su casa, Verdi lo lanzó sobre la mesa. En unos apuntes autobiográficos, relata que el libreto se abrió y él leyó la frase "Va pensiero sull’ali dorate..." En ese instante se le ocurrió la melodía y se puso a escribir la ópera casi sin descansar.
El estreno fue un rotundo éxito, en parte por el famoso coro "Va, pensiero..." que tan bien cuajaba con los ideales del movimiento de independencia italiano (Risorgimiento), convirtiéndose el autor y su coro, sin pretenderlo, en uno de los símbolos del movimiento de la unidad de Italia.
Hasta tal punto llegó la fama del autor que en las paredes de las calles había acrósticos en que se leía "¡Viva Verdi!" (Viva Vittorio Enmanuel Re Di Italia), en alusión al rey Víctor Manuel de Saboya futuro rey de la Italia unificada, burlando así la censura de la policía austríaca.