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Oliver Hardy: A 50 años de la muerte del “Gordo” más famoso del cine

El actor formó junto a Stan Laurel una de las duplas más populares de la historia del cine: "El Gordo y el Flaco".

05 de Agosto de 2007 | 05:57 | DPA
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Oliver Hardy y Stan Laurel: "El Gordo y el Flaco"

El Mercurio

NUEVA YORK.- La mirada de Oliver Hardy a cámara cuando su socio Stan Laurel lo cubría de harina, le clavaba un palo de escoba en el ojo o le derramaba detergente en su traje es inolvidable: profunda desesperación, consternación y rabia por la torpeza de su amigo, y un toque de resignación, que se podía sentir casi físicamente.


"El Gordo y el Flaco" eran imbatibles como el dúo cómico más conocido en todo el mundo en los años 20 y 30.


Este martes 7 de agosto se cumplen 50 años desde que con Hardy muriera uno de los cómicos más talentosos de la historia del cine.


La legendaria mirada de Hardy no era solamente talento interpretativo. Laurel, director y guionista de más de cien producciones exitosas, tenía un truco muy sofisticado para poner a Hardy en el clima adecuado.


Fijaba el horario para el rodaje del plano de los ojos para poco antes de las tres de la tarde. A esa hora, terminaba el horario de trabajo y Hardy no veía el momento de salir a jugar al golf. Por lo tanto, la frustración en la mirada era auténtica. Después de todo, Hardy podía perder su fama de mejor golfista de Hollywood.


En realidad, Hardy, nacido en 1892 en Harlem (Georgia) y que también poseía aptitudes musicales, quería convertirse en cantante. En Atlanta, entrenó su voz de tenor. Sin embargo, una y otra vez se escapaba de clase para cantar lemas publicitarios en un cine de la ciudad. Las imágenes en movimiento, todavía mudas, lo fascinaban.


Por eso, abrió a los 18 años la primera sala de cine de su pequeña ciudad, Milledgeville.


Pronto descubrió, sin embargo, que prefería verse a sí mismo en la gran pantalla. Se trasladó a Florida, donde estaba surgiendo la industria del cine. A cambio de cinco dólares por día, interpretó soberbiamente a "Heavy", un rufián gordo y torpe.


En aquel entonces, sus colegas lo bautizaron "Babe", por su redonda cara de niño.


Cuando "Babe" conoció en 1926 al exitoso productor Hal Roach, ya había participado en unas 200 comedias. En los estudios Roach fue donde se encontró con Stan Laurel. El inglés, dos años mayor, también había logrado ya cierta fama en el medio.


"Nos encontramos de una manera muy espontánea", dijo Laurel, que también en lo privado era un estrecho amigo de Hardy.


Al público le encantó esta pareja despareja. En variaciones aparentemente infinitas, el delgado Laurel conseguía una y otra vez crear situaciones en las que la dignidad del enorme Hardy se hundía en las escenas más disparatadas.


En casi todas las películas, Hardy sufría por malos entendidos, injusticias y situaciones absurdas de su entorno.


Laurel y Hardy poseían "una idea casi infantil de la justicia", comentó en alguna ocasión el historiador del cine Georg Seesslen. Las infamias nunca quedaban sin castigar.


Hardy siempre se sintió un poco como el segundo violín detrás del creativo Laurel. "Ollie creía que no era nada gracioso y sólo servía para hacer quedar más gracioso a Stan", dijo una vez su viuda Lucille. Pero sin "El Gordo" no habría podido existir "El Flaco". Y Hardy se tomaba su trabajo muy en serio.


"Interpretar las bromas correctamente es un trabajo que ya es lo suficientemente difícil. Sobre todo, si uno tiene que caerse mucho, como yo. Creo que me gané merecidamente mi dinero".


En 1929, el dúo consiguió, casi como los únicos cómicos del cine mudo junto con Charlie Chaplin, la transición al cine sonoro. Tuvieron la suerte de que ambas voces encajaban también con los personajes.


El gruñido sureño de Hardy y el ligeramente estridente acento británico de Laurel. En la cima de su popularidad, ambos fueron distinguidos con un Oscar en 1932 por "The Music Box", en la que trataban de subir un piano por una escalera interminable.


Cuando pasó la época de ese tipo de películas de humor a mediados de los 40, Laurel y Hardy actuaron en escenarios de Inglaterra, donde seguían siendo populares. Hardy murió en 1957 a los 65 años como consecuencia de un derrame cerebral.

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