Marcelo Contreras
(Foto: El Mercurio). |
Kudai se radicó en México en marzo para ampliar mercados con sus canciones pop rock tristes. El sábado regresaron a Chile por primera vez. El teatro Caupolicán fue el sitio elegido. Les quedó grande. La cancha a medio repletar y sólo las graderías con público suficiente. El target, invariable. Niños, cobrando por anticipado la celebración de su día ayer domingo.
En estos cinco meses, Kudai pulió su puesta en escena: pantallas gigantes y las luces necesarias para montar un espectáculo internacional. También se amplía la brecha entre las voces. Es cada vez más notorio que el trabajo armónico entre Tomás Cañas y Pablo Holman sobrepasa a Bárbara Sepúlveda y Gabriela Villalba.
Son los varones el motor vocal de Kudai, mientras las chicas cantan lo que pueden, que no es mucho. Los covers escogidos -dos de Simple Plan y una digna versión de "Under pressure", de Queen y David Bowie-, fueron absoluta responsabilidad de los chicos.
Por ahora sus cuidados look -cada uno semeja un virtual personaje de animé- son la única señal de paridad en Kudai. Cantando, se delatan las fisuras de lo que aparentemente es un núcleo.
