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"Trabajo es tomar aviones. Tocar no es un trabajo"

10 de Agosto de 2007 | 00:00 |
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Este viernes 10 de agosto en Temuco y el domingo 12 en la capitalina CasaPiedra son las fechas del reencuentro del músico argentino con la audiencia local: jazz, música latina y folclor con el bajista Christian Gálvez como anfitrión y amigo. "Cuando terminas el disco y lo escuchas entre amigos, o vas a comer un asado con los que tocaron, ése es el éxito mayor", dice Salinas.

David Ponce


Salinas toca este domingo en CasaPiedra con el bajista chileno Christian Gálvez. Luego se van juntos de gira latinoamericana en septiembre (foto: archivo El Mercurio).
México, España y su natal Argentina están entre los destinos que Luis Salinas trae timbrados sobre su pasaporte en los últimos días cuando llega a Chile, donde el guitarrista está de vuelta por primera vez en dos años pero por enésima vez en su carrera para dar un concierto este viernes 10 en Temuco y el domingo 12 en el centro de eventos CasaPiedra de la capital.

Para Salinas es un reencuentro con su audiencia aquí, y el particular con el bajista chileno Christian Gálvez: él será su invitado en vivo, fue parte de su banda y grabó en su nuevo disco, Muchas cosas (2006). El guitarrista ya ha estado en Chile para tocar en lugares como Pucón en 2001, el Festival Internacional de Jazz de Providencia en 2002 y la misma CasaPiedra en 2005, pero su relación con Gálvez se remonta a su primera visita, cuando en 1995 llegó invitado por el productor de la radio Classica, David Castañeda.

"La primera vez que vine a Santiago de Chile me invitaron a unas jam sessions (sesiones de música improvisada) que se hacían para la radio con un grupo muy bueno de gente que tocaba jazz", recuerda, minutos después de llegar a Temuco, a propósito de su encuentro con Gálvez. "Y promediando la noche aparece un chiquito con el bajo y con el pelo largo y lo primero que hace es decirle al baterista lo que tenía que tocar. Y dijimos ‘Y este muchacho de dónde viene’. Y tocaba como los dioses".

"Después naturalmente se dio una amistad y tocamos juntos mucho tiempo", agrega. "Hicimos una gira por Costa Rica, Panamá, Colombia, y eso derivó en terminar haciendo este disco, Muchas cosas. Después por cuestiones de trabajo se complicaba seguir juntos, así que tengo muchas ganas de reencontrarme y tocar con él. De hecho el 2 de septiembre vamos a empezar una gira por Panamá, Venezuela, Costa Rica, Honduras, Perú, y él va a venir. Va a ser un encuentro muy esperado".

–¿Es una ventaja que él haya grabado en el último disco, así hay menos cosas que explicar?
"No, nunca hubo mucho que explicar. Él sube y toca. Lo admiro y lo quiero mucho".


Mal por tu carrera, pero bien por la música


Anfitrión: el bajista chileno Christian Gálvez (foto: Mauricio Palma).
Son muchas cosas las que Salinas ha grabado antes de su reciente Muchas cosas, después de tocar hacia comienzos de los ’90 en el reducto Oliverio Mate Bar de las bonaerenses calles Paraná y Corrientes, conocido como Oliverio a secas, y de grabar el temprano disco Aire de tango (1994).

El músico inició su carrera internacional con el álbum Salinas (1996), a cargo del reputado productor de jazz estadounidense Tommy LiPuma y con el sello GRP en ese país. Siguieron los discos Rosario (2001), con hombres como el pianista uruguayo Hugo Fattoruso y el baterista neoyorquino Omar Hakim, el doble y folclórico Música argentina (2003), Sólo guitarra (2003), Ahí va (2004), Luis Salinas y amigos en España (2004), con Jorge Pardo, Oscar Giunta y Tomatito entre los invitados, el disco en vivo El Rosedal (2005), y Muchas cosas (2006), con Javier Lozano (piano y teclados), Christian Gálvez (bajo), Martín Ibarburu (batería) y Pocho Porteño (perecusión).

"Vos sabés que este disco representa las cosas de hoy para atrás", explica. "Por qué: porque de mi época de Oliverio de hecho hay un tema, ‘Domingo triste’, que es un domingo en que no pudimos tocar por que estaba cerrado Oliverio. Y fue tristísimo ese domingo. Y al domingo siguiente volvimos a tocar. Y ése es el tema siguiente ("Oliverio"). Son muchas cosas, muchos, viajes, experiencias. Eso es lo que está en el disco".

–¿Grabar en EE.UU., en España, en Argentina, han sido experiencias muy opuestas?
"Yo hice el disco Salinas en Estados Unidos, con músicos que me puso la compañía, maravillosos, pero no hubo mucha preparación: vos vas y si no hablás el idioma es complicado. No tuvimos el control. En el segundo disco ya tuve más el control, tocó Fattoruso, Omar Hakim, gente muy impresionante que pude elegir. El tercer disco de latin jazz, Ahí va, se hizo en función de Daniel Maza, el bajista: como tocábamos mucho tiempo juntos armé un grupo en base a él, que maneja bien el groove".

–¿O sea cada vez has tenido más propiedad en los discos?
"Cuando dejé (el sello) GRP, Hermeto Pascoal (el músico brasileño), que fue uno de mis maestros, quería saber de mí, y le conté, y me dijo ‘No es bueno para tu carrera, pero es muy bueno para la música. Toma el control y trata de ser vos’. En otro de esos discos pude juntar a todos mis amigos en España, y eso también para mí fue muy importante. También trato de hacer las cosas en base a los afectos".

–¿En el disco nuevo hay una canción llamada "Pascuali". ¿Es por Hermeto Pascoal, a propósito?
"No, es para mi compadre Jorge Pascuali, bajista. El padrino de mi hijo".

–¿Y "Para Cheo y Papo Luca" a quién está dedicada?
"A Cheo Feliciano y Papo Lucca, que para mí es el mejor intérprete de salsa que he escuchado nunca. Y esa onda de salsa que está en el disco es porque escuché un disco de ellos dos y me introdujeron en eso, es bien latina, tiene cosas de tango. A Cheo le gusta todo eso también. Después de verlos en Colombia decidí el nombre de ese tema".

–¿Qué lugar tiene Muchas cosas en esa historia?
"En este disco está Martín Ibarburu, un baterista maravilloso, de esos que tocan una balada o una bossa y nunca golpean el instrumento, baterista de (el músico uruguayo) Jaime Roos. Y después el Negro Lozano, que llevamos años tocando juntos. Y en eso aparece esto de tocar con Gálvez y es él que tiene que tocar. Es el disco que más quiero a nivel base. Porque es muy parejo, el mismo grupo tocando todo el disco".

Luis Salinas ha obtenido además tres de los argentinos premios Gardel por sus discos Música argentina, Ahí va y Luis Salinas y amigos en España. "El éxito tiene tres patas", describe. "Que le guste a la gente. Que le guste a la gente que vos respetás. Y el éxito mayor es poder hacerlo. Cuando terminas el disco y lo escuchas, o vas a comer un asado con los que tocaron, ése es el éxito mayor. (En el último disco) Gálvez terminó de hacer lo suyo, se fue antes y dejó un vacío. Y me costó muchísimo quedarme solo en el estudio. Era una familia".

–¿No es sólo hacer un trabajo?
"No. Para mí el trabajo en la música es tomar aviones, es llegar a las horas. Tocar no es un trabajo".

www.salinasluis.com.ar

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