Nuevamente Beck se las mandó con un disco sorprendente, en el que, de una perspectiva muy personal, hace una revisión a los últimos cincuenta años de historia de la historia de la música.
Un disco muy cercano al funk, pero no demasiado distante de muchas otras tendencias como el disco, el tecno, el rythm & blues y el hip hop.
Es un disco entretenido, porque es energético, tiene un alto contenido sexual y está plagado de citas a la cultura chatarra.