La nutritiva costumbre de la experimentación sonora que tiene Stereolab, vuelve a materializarse en este, su más reciente trabajo.
Aunque al parecer el "groop" (como se autodemina la banda) parece haberse alejado definitivamente del uso de guitarras ondulantes, sonido que tan bien explotó hasta hace algunos años.
Ahora la esencia de Stereolab suena mucho más digital y no tan análoga, como había sido hasta hace poco su principal catacterística. Y eso es algo que sin duda van a extrañar los fanáticos.
Sin embargo, como siempre, cada trabajo de la banda encabezada por Laetitia Sadier y Tim Gane, no tiene nada de complaciente y juega con la mesa de sonido del estudio de grabación, como si se tratara de un Play Station para los oídos. Y eso siempre se agradecerá.
