El trío de hermanos, que en 1997 se sumó a la marea de pop masticable que hasta hoy azota los rankings, prometió un disco de rock para su regreso. Dentro de lo posible, cumple. Armonías inspiradas en el gospel, la armónica sureña del líder de The Blues Traveler y la virtuosa guitarra del joven blusero Johnny Lang ayudan al grupo estadounidense.
Marcelo Contreras