El cantante español se exige un rango vocal que no posee, escribe canciones sin estribillos y proclama todas las maneras imaginables de seducción y pasión. ¿Culpable por su tozudez? Nunca, porque Sanz no sólo es de aquellos obstinados sin argumentos. Es un músico. Y esa condición le permite registrar toda una diferencia con los restantes artistas que militan en la balada.
Marcelo Contreras