Quique Neira, la voz de Gondwana, no ocultó su rubor, pero siguió firme con su discurso. "Sí, es cierto... yo canto mucho mejor que Jorge González", repitió ante los micrófonos el día del lanzamiento del disco homenaje al trío de San Miguel, "Tributo a Los Prisioneros", placa que hace más de un mes salió al mercado.
El líder criollo del reggae tenía razón. También gran parte de las voces involucradas en esa placa, que recreó algunas de las mejores canciones firmadas por González, Narea y Tapia. Porque si se trata de analizar el legado y las virtudes del trío, aunque ya suene a un barato lugar común, los códigos estrictamente musicales no son suficientes.
Y "El caset pirata" es el mejor ejemplo. Este póstumo disco en vivo, que recopila sólo grandes éxitos del trío en un formato casi tan sucio como los registros caseros, no clasifica por el lado del rigor y del preciosismo. Apenas se deja oír con agrado y desnuda con crudeza las falencias vocales de sus integrantes, coros incluidos.
¿Malo? Al contrario, fiel. Historia pura. Los Prisioneros, musicalmente, no fueron más que eso: Jorge González llegando con dificultad a los bajos de "¿Por qué los ricos?", Miguel Tapia perdiendo la respiración en "¿Quién mató a Marilyn?", Cecilia Aguayo poniendo más estómago que afinación en "Corazones rojos".
Claro que no hay que perder de vista que ésta no es la historia definitiva. "El caset pirata" documenta principalmente el período final de la banda, es decir, cuando Claudio Narea ya no la integraba, Cecilia Aguayo lo reemplazaba con teclados y el repertorio de "Corazones" era la excusa perfecta de González para seguir en carrera.
La excepción a la regla, lo más interesante del álbum, son los registros de "Sexo" y "Mentalidad televisiva", extraídas de la gira del disco "La voz de los 80" durante una presentación en Temuco, en 1987.
¿Donde están, entonces, los verdaderos Prisioneros? Dicen que existe más material inédito y de los años de oro. Y la máquina, se supone, no va a parar muy pronto. Una suerte para los melómanos, sin duda, tanto como la aparición del "Tributo a Los Prisioneros", de este regular "El caset pirata" y de todo lo que se nos viene encima.
Pero tal como pasa ante la aparición de recocidos con la discografía del cuarteto de Liverpool, no hay mejor placer que sentarse a escuchar un álbum como "Revolver". Enterito. O "La cultura de la basura", versión original, si el ejemplo es más cercano.
Curioso, pero a estas alturas hay que ser conservador para seguir amando a Los Prisioneros.
Pablo Márquez F.