Sólo poder escuchar la voz de Sharleen Spiteri en Say what you want, una verdadera joya de fino pop incluida originalmente en el álbum White on blonde (1997), ya hace de este grandes éxitos de Texas un agrado.
Luego, con ese dulce pasaporte en el oído, se van descubriendo cálidos momentos de una discografía que en sus inicios - Southside (1989), Mothers heaven (1991) y Rick roads (1993)- pasó inadvertida en nuestro país.
Y aunque no se puede hablar aquí de una reunión de clásicos del grupo escocés, cultor del bajo perfil y de gran elegancia melódica, al menos el disco deja al descubierto la talentosa simpleza de una de las pocas maduras bandas de buena cepa que todavía van quedando.
Pablo Márquez