Desde "El amor después del amor" es difícil establecer grandes diferencias entre los discos de Páez.
Lo único que se puede decir con certeza es que ninguno de ellos es tan impresionante o interesante como aquél. Ni siquiera éste, que fue producido por Phil Ramone.
"Rey sol" es el hijo de Fito Páez y el título de una de las canciones que mejor resume el estilo y el ánimo del disco: un impulso desordenado que se orienta hacia distintas partes sin llegar exactamente a ninguna.
Nada que decir acerca de la factura: "Rey sol" es un disco superior en cuanto a post producción, efectos y sonidos. Pocos álbumes latinoamericanos podrían sonar tan bien como éste.
Pero Páez se ve irremediablemente paralizado en una veta de asentamiento efectivo, que ofrece pocas sorpresas a sus auditores. Hace tiempo que el argentino dejó de mirar al pasado con odio; esta vez parece incluso que lo empieza a echar de menos.
Pablo Márquez