Cómo convertir un sintetizador en una paleta tímbrica es la principal lección de este estimulante disco, mezcla de tecno, pop y soul. Las ideas rítmicas agitan incesantemente un trabajo a veces calmo, otras bailable; pero siempre sorprendente. Cuerdas clásicas y sonidos electrónicos son el colchón sobre el cual la negra voz de Roisín Murphy mece un canto cálido.
Marisol García