A fines de los 80 De la Soul era un verdadero oasis en la floreciente escena hip hop. Fueron los responsables de que el rap ampliara su inquietud hacia el jazz, funk, pop y reggae. Algo de eso queda, pero a una década de distancia parece que el envión inicial ya no es suficiente. De la Soul cede ante la tentación de descansar en sus mcs y que el discurso supere abiertamente las ganas de hacer música. Y eso se llama deuda.
Marcelo Contreras