Mas de cuatro años se tomó el duo francés Daft Punk, para volver a remecer las pistas de baile con un nuevo disco orientado precisamente a estimular el hipotálamo.
Nada muy novedoso si pensamos en el éxito que la dupla formada por Thomas Bangalter (26 años) y Guy-Manuel de Homem-Christo (27) obtuvo en los clubes del mundo con "Homework" (1997), álbum debut del que salieron irresistibles singles como "Da funk" y "Around the world".
En su segunda placa, y tras experimentar en diversos proyectos en forma paralela (Bangalter es el responsable del seductor "Music sounds better with you", bajo el seudónimo de Stardust), la dupla mantiene intacta su vocación bailable, pero le da un interesante giro al dance de sus anteriores trabajos, con un sonido que precisamente suena bastante cercano a lo que hizo Balgalter en su proyecto paralelo y a lo que está desarrollando otra agrupación, también francesa, como Motjo.
Porque si en "Homework" el disco era atravesado por sonidos ácidos y un ambiente urbano, sicodélico y minimalista, Discovery es un álbum barroco y espacial, en el que el juguete con el que parece haberse encontrado la dupla francesa es el vocoder, efecto que interviene las voces y las hace sonar metálicas y burbujeantes.
Este efecto, más una escogida mezcla de electrofunk y house, en la que no escasean los guiños a la tan de moda estética ochentera, a la cultura gay y al cibersexo, hacen de este disco una pieza perfecta para una buena sesión porno en alguna estación espacial.
Por momentos cálido (Nightvision, Verdis Quo), en otros casi tiernucho (Digital love, Something about us) y en otras derechamente lascivo y desafiante (One more time, Too long, Crescendolls), la placa consigue una mezcla estimulante de sonidos y atmósferas que transportan al auditor desde la pista de baile, hasta una cama de agua, pasando por insospechados rincones de un colorido universo de metal líquido.
Felipe Ossandón