La última canción de este disco se llama "Paul McCartney", aunque sin motivo aparente: es lo único no obvio en este cuarteto estadounidense que debe su nombre a un modelo de avión de alta velocidad y que despliega en once canciones un predecible rock de guitarras eléctricas a ratos acelerado y a ratos melódico.
Otra de estas canciones, "Fame", es la respuesta políticamente correcta de SR-71 a las estrellas pop de moda, pero sin duda el camino de Britney Spears y compañía fue abonado en parte porque el rock empezó a dar frutos sin imaginación como éstos.
David Ponce