Mientras prepara el regreso con Curt Smith para un nuevo disco de Tears for Fears, Roland Orzabal lanza este álbum en solitario como para dejar en claro que tiene una vida propia más allá de los recuerdos.
Y si con el dúo la cosa era rock melódico, arreglos ampulosos en la última etapa y más de algunos aciertos a nivel de contenidos (como olvidar "Woman in chains", por ejemplo), en "Tomcats..." el asunto es ponerse a tono con la moda electrónica.
Si bien hay fuertes influencias del Tears for fears de siempre ("Ticket to the world" y el single promocional "Low life", entre otros), las bases, los loops y los más diversos coqueteos con los bits de una máquina de ritmos marcan la diferencia ("hey, Andy!").
Pero por más que sea un disco correcto, bien dirigido a los fanáticos del dúo próximo a resucitar, las apuestas a medias no sirven. La novedad y el riesgo no vienen en los disquetes.
Pablo Márquez