En 1969, cuenta la leyenda, The Doors ofreció catorce conciertos en nueve ciudades de Estados Unidos. El registro de esa gira fue estrujado al máximo en diferentes compilaciones, pero el legado de la banda del ya mítico Jim Morrison parece no agotarse nunca.
Por algo aparece este disco que, grabado en el mismo período y a modo de conmemoración de los 30 años de la muerte del vocalista, por primera vez pone a disposición de la fanaticada extractos de conciertos nunca antes difundidos.
Registros llenos de intensidad como "Light my fire", grabado el 1 de mayo en Filadelfia y donde la guitarra de Robby Krieger improvisa con el tema central de "La novicia rebelde". O una emotiva versión de "The crystal ship", donde la voz de Morrison alcanza unos matices tan desgarradores como en "Love me two times".
Un disco tan imperdible para la feligresía como prescindible para el oyente medio que, evocando en colores toda una atmósfera sicodélica, termina con un delirante e interminable (16 minutos) "The end".
Pablo Márquez F.