Este cantante canta MUY bien. Ojalá sus temas fueran tan interesantes como su voz. Pero no. En el empeño por internacionalizar la temática musical caribeña, peca de letras evidentes, al punto de recordar a Arjona, el poeta de lo obvio.
Integrante de una nueva camada de músicos cubanos, Gutiérrez ofrece un cruce entre la balada y el son, dejando atrás la denuncia social y abrazando la temática amorosa. Ahora bien, lo suyo es la voz y el scat a lo Bobby McFerrin. Por eso, quizá, lo mejor de este disco - hecho de 13 canciones- sean sus peculiares versiones del hermoso clásico de Matamoros "Son de la loma" y de "Guajira con tumbao", tan fresca como impactante.
Jimena Villegas