Suena demoledor y tienen auténticas caras de chicos malos. Sólo que en su tercer disco los californianos Static-X tocan el rock industrial tal como Ministry lo arrojó en los 80 a un mundo atónito ante la inaudita cruza de tecno y rock, y tal como un ejecutivo disquero podría predecirlo hoy con exactitud: ritmo maquinal, guitarras metaleras y guturales versos sobre angustia y desarraigo. Static-X suele quedarse estático dentro de esa máquina.
David Ponce