Disney hace todo lo esperable con la música de su nueva película de dibujos animados: este es un disco reaccionario. Hay una partitura correcta, juguetona o dramática cuando se supone que lo sea. Y una canción incidental a cargo de Chayanne que, tras años de igual estrategia con Ricky Martin o Montaner, ya suena a provocación. Esto es música para monos desanimados. Sobre todo cuando la banda sonora de "Shrek", la inigualable rival, viene como viene.
David Ponce