El mundo según Cecilia.
Con tantas estrellas invitadas, resulta curioso que los mejores momentos del regreso de Cecilia Echenique a las canciones inéditas sean los firmados por su puño y letra. Ahí, cuando emociona en el tributo a su hija (Mi golondrina, con música de Roberto Márquez) o cuando su ritmo cadencioso se lleva fácil en un bolero (Valió la pena).
Elegante, dueña de una sobriedad a ratos fogosa, a ratos maternal, Cecilia Echenique suena sólida bajo el susurro en clave bossa nova de Los barcos de la noche (con letra de Patricio Manns y música de Joe Vasconcellos) y magnética en la cadencia de Ojos de miel (otra música de Vasconcellos).
Con algunos tics menores - como el uso de los insulsos palos de agua y la carencia de pluma de Pedro Green y Keko Yunge, que, claro, se disimulan con un amable registro- , Secreta intimidad resulta una experiencia atractiva. Tanto como la foto que ilustra su portada.
Pablo Márquez
