Con el aroma al Chile de almacén de barrio, a mote con huesillos para matar la sed y a tarro de duraznos bien heladito para la calor, Joe Vasconcellos pone el taxímetro en cero y nos lleva a rincones criollos llenos de sabor y verdades.
A la tropical juerga de Lacelera, futuro hit de las fondas dieciocheras 2001 y declaración de principios de una placa elegantemente guachaca, viva, capaz también de construir atmósferas algo menos festivas (Canción del Coto) y de contar historias (Volante o maleta), en este caso la que da vida a la cinta que musicaliza.
Y para finalizar este breve pero intenso EP, ¿puede haber algo mejor que una especial versión de Ciudad traicionera? Nada.
P. Márquez