Una vez mas J Kay escribe y produce todos los temas, canta, baila, protagoniza los videos y adorna con su ego y figura todas las paginillas del booklet.
Es así como Funk Odissey, el último trabajo de Jamiroquai, las vibras vuelven a ser demasiado buenas, y las melodías muy alegres, derrochando todos los colores del arcoiris y las buenos deseos de esta banda que no conoce la tristeza ni los malos momentos.
Eso sí esta vez en clave digital. Partiendo por los guiños lásers de la estética del disco, como por el sonido electrónico fino, de alta fidelidad, sin fisuras, que domina toda la placa.
Hay voces intervenidas con el sintetizador, algunos guiños al infaltable bossanova, pero sobre todo baile. Ritmos contagiosos de funk luminoso, guitarras breves pero juguetonas, palmas llevando el ritmo. Pura buena onda.
Por ahí dicen que todos los grandes artistas siempre se dan vueltas en sus mismas obsesiones. La gracia de un gran artista es que por más que dé vueltas sobre lo mismo, tenga el talento suficiente para no cansar, o para evolucionar y variar dentro de una misma propuesta.
Puede entonces que J Kay no sea un GRAN artista, pero sí un perfecto entertainer. Y esto sin el más mínimo ánimo de menospreciarlo, porque despues de todo hay que tener mucho talento para mantener arriba el espíritu, y este tipo tiene tanto talento como autos de lujo en el garage de su casa.
Felipe Ossandón