Gran título para un disco que, con momentos intimistas o arranques intensos, huele bien. Tan bien con la dúctil voz de Dolores O'Riordan, el cerebro y alma de una banda que con su quinto álbum pasó con honores el curso de estilo.
A ratos estrujando las guitarras hasta la distorsión ("This is the dry") o susurrando una de esas canciones de amor que tan bien le quedan ("Never grow old"), la banda da forma a un disco despierto y de velocidades diversas.
Con un guiño a The Sundays ("Do you know") y un bonus track con la versión en vivo de uno de sus grandes hits, "Salvation", entre otros buenos momentos, The Cranberries propone un ejercicio más que atractivo: despertarse y oler el café de la mañana con música irlandesa de fondo.
Pablo Márquez F.