En dos discos y 40 canciones, los hermanos Gibb se las arreglaron para resumir más de tres décadas de una carrera llena de luces, momentos históricos y también tropiezos de proporciones.
Robin, Maurice y Barry Gibb son las voces tras el desgarro de "Words", del sufrimiento de "I started a joke", de la fuerza de "Jivi talkin'".
De eso, claro, y de los años dorados de fines de los '70 que, con Travolta bailando vestido de blanco, quedaron inmortalizadas en "You should be dancing" y "Stayin' alive".
De los ochenta, época oscura para los hermanos mayores de Andy, sólo hay para rescatar el mediano "One". Un par de buenos cortes firmados en los '90, como "Secret love".
Y de su regreso a la fama, en versión 2000, las sólo correctas "Heartbreaker" e "Immortality". Lo que se llama un muestreo representativo.
Pablo Márquez