Como si Eminem no fuera suficiente calamidad por sí solo, aquí llega con refuerzos.
El rapero pálido devuelve la mano a la pandilla con la que aprendió a rimar: cinco lenguas venenosas de las que no se salvan Backstreet Boys ni Michael Jackson.
Son magnates del hip-hop corporativo que aún hablan como guarros de ghetto, con mucho balazo de pacotilla, pero cada uno tiene estilo y escuela para regalar.
"Devil's night" prueba que la historia puede no haber cambiado: blues, rock and roll, house y hip-hop han sido inventos negros expropiados por blancos, pero aquí la familia es una sola y rapea unida.
David Ponce.