Catalina Bono
Ausencia de malicia.
Algo hay en común entre Catalina Bono y los Ramones. Algunas de las primeras canciones del grupo parten de una sola idea: I wanna (...). Algunas de las de Catalina parten de otra sola idea: Si pudiera (...). "Si pudiera en vez de invierno haber primavera". "Si yo pudiera escribir en una hoja de papel". "Que si pudiera amarte no dudaría al besarte". De poder, pudo. Bono es la Protagonista de la Fama que hizo algo útil. Productor de su primer disco, Ángel Parra juega como los buenos árbitros: no se hace notar. Si alguien espera rockabilly o jazz guachaca, sólo en "A veces en la vida" él desliza una cita a "Olor a gas", pero sobre todo viste sobriamente estas sencillas canciones, especiales para fans que estén aprendiendo guitarra. Y más especiales aún para tocarlas en algún retiro espiritual playero, con el borde pastoral de unos versos sobre Dios y el pecado. "Cuando la campana deja de sonar" es como "El baile de los que sobran" pero no pateando piedras: una canción acerca de salir del colegio. No es mal promedio, y al revés del programa de donde salió, Bono no descubre la pólvora. Son canciones sin malicia, ingenuas todas, bonitas algunas ("Quizás tú ya ni me recuerdas", "Quise amarte"), sobre su vida. Reality pop. Y aquí a ratos Catalina Bono se puede ver más desnuda que en esas duchas con traje de baño que se daban en Canal 13 (Warner, 2003).
David Ponce.