Yupisatam es el segundo grupo chileno publicado por la nueva división local de la compañía argentina DBN, después de De Saloon: tras cinco años y dos discos previos - "Niños perdidos" (2000) y "Limbo 76" (2001)- , fue un sello extranjero el que prestó atención a esta música pop inocente y ruidosa, con las voces del bajista Claudio Mujica y del guitarrista Carlos Vargas al frente. Sea cual sea el significado de yupisatam, esa palabra encierra el contraste entre la ingenuidad melódica y la corriente eléctrica de las guitarras del grupo. Las melodías pop asoman por todas partes, especialmente en canciones a cargo del guitarrista como "Rave", "Niñosardina" o "Duermo": la unión hace la fuerza y ésa, con todos a coro, es la más bonita del disco. Hay lugares comunes - "este lugar", "volver atrás", "pierde el control"- concentrados en una canción como "Insípida", pero quedan tapados por la frescura de las entonaciones y el eco del ruido. Porque no hay nada intimista entre las ondas de esta antena. Cuando quiere ser intenso, pero también cuando quiere ser melancólico, Yupisatam toca fuerte.
David Ponce.