Directamente desde Detroit, el dúo The White Stripes se suma al revival del rock and roll que tiene en The Strokes su cabeza más visible y que amenaza con sacudir al establishment rockero anquilosado en fórmulas compositivas ya bastante desgastadas. Reducidos a la guitarra de Jack White y la batería de Meg White (¿hermanos?, ¿esposos? La prensa sigue especulando sobre su vínculo), el grupo se despacha un disco arrollador que revisita al blues eléctrico más visceral y al rock and roll de los años cincuenta pasado por el filtro de The Velvet Underground y MC5, sin dar un minuto de respiro. El resultado final es fascinante, ya sea porque es destacable el sonido logrado con semejante economía de medios, como también por el hecho de que White blood cells es un disco que tiene una fuerte vocación masiva, sin perder su dimensión transgresora. De eso se trataba finalmente el rock and roll.
Cristián Araya
