A una semana de debutar en nuestras salas, esta cinta - traducida como "Soy Sam" y protagonizada por un notable Sean Penn- ya tiene en el mercado una sólida y magnética banda de sonido.
Un disco que, ajeno a los dramas y taras de la cinta, recrea en versiones frescas y creativas algunas de las mejores canciones firmadas por Lennon y McCartney.
Sara McLachlan, por ejemplo, consigue algo que parecía imposible: darle una nueva y emocionante mirada a la intensa simpleza de "Blackbird". Y Eddie Vedder, la ruda y campesina voz de Pearl Jam, incluso es capaz de hacer sonar solemne la originalmente cándida "You've got to hide your love away".
Ben Harper no tiene problemas para pasarse de revoluciones con "Strawberry fields forever" y Aimee Mann suena más dulce que nunca en su cobertura de "Lucy in the sky with diamonds". Eso, más una desenfadada frialdad de Nick Cave para "Let it be" y una minimalista mirada de Paul Westerberg en "Nowhere man". Todas canciones que, en momentos claves de la cinta, aparecen en pantalla para musicalizar el drama de un padre subnormal para mantener la tuición de su hija.
Recrear a los Beatles, se sabe, es casi una herejía. Pero si es con talento, el pecado puede sonar muy bien.
Pablo Márquez F.