Entrar al estudio, cerrar la puerta y prender las máquinas para comenzar a trabajar en el sucesor de un disco tan notable como "Play", aclamado mundialmente con más de diez millones de copias vendidas, no resultó un ejercicio muy traumático para Moby.
Seguro y lleno de ideas, el calvo Richard Melville Hall - descendiente directo de Herman Melville, autor de "Moby Dick" y de cuya novela adoptó su sobrenombre- sólo tuvo que volcar sus nuevas inquietudes post-fama para dar vida a un álbum cálido, íntimo en más de algunos pasajes, siempre urbano, donde la amabilidad negra del soul y del gospel roba cámara en un par de cortes imprescindibles. Un collage de los buenos.
Bien acompañado - Angie Stone, Sinéad O'Connor y The Shining Light Gospel figuran entre las voces invitadas- y dueño de unas melodías ambientales casi hipnóticas, el norteamericano revive con "18" los buenos momentos logrados con "Play" y va un paso más allá en la búsqueda del formato canción procesado por la electrónica. Ejemplos: "In this world" y "One of these mornings", entre otros.
"We are all made of star" se llama el corte promocional que ya suena en las radios y es la cara visible - no la mejor, aclaro- de un todo más atractivo, a ratos envolvente y pausadamente luminoso. De un muy buen disco, simplemente.
Pablo Márquez F.