Problemas varios y altibajos en el mensaje musical de la banda de Cee-Funk y Tea Time, los pioneros criollos del negro sincretismo urbano, apuntaban seriamente hacia la autodestrucción de un proyecto alguna vez imprescindible.
Pero la pausa, necesaria, al final no hizo más que renovar el aire de una propuesta - tan vieja como magnética- que brilla y atrapa sólo cuando suena fresca.
"Tómala!", el regreso a escena de Los Tetas, es un paso adelante en la vieja filosofía del reciclaje. El más puro sonido setentero, guitarras versátiles, sabrosas pirotecnias electrónicas, fraseos callejeros y collages sonoros, todo se funde en un álbum que recuerda con gracia los imberbes pero intensos años de "Corazón de sandía" y "Cha cha cha".
Como para renovar la fe en un puñado de músicos que, porfiando, pelando la contra, todavía son capaces de animar la fiesta y con la misma contagiosa fórmula de siempre: la cadencia única e incansable del viejo y querido funk.
Pablo Márquez