"Debería odiarte / pero supongo que te amo", canta un entusiasta George Harrison en "Between the devil and deep blue sea" y uno no puede más que emocionarse. El bonachón Beatle hace llegar su transparente declaración de principios desde el más allá y aquí, en la tierra, la escuchamos en silencio.
Al año de su muerte, "Brainwashed" sale al mundo como el disco póstumo de Harrison. Un álbum compuesto en los últimos días, cuando la muerte ya le golpeaba la puerta y era el momento de la reconciliadora despedida.
Su hijo, Dhani, y el afamado Jeff Lynne fueron los encargados de terminar el trabajo. De dar los últimos toques a canciones intensas, llenas de esas melodías amables del viejo George y coronadas con esa guitarra nerviosa con la que hizo historia.
Hay blues, confesiones y, sobre todo, mucha luz en un disco que contagia plenitud y esa fe que lo mantuvo activo varias décadas después de la euforia adolescente. "Si no sabes para dónde vas / cualquier camino te llevará hasta allá", canta con fuerza en "Any road". Por eso, aunque a la distancia, vamos a la segura si lo seguimos a él.
Pablo Márquez F.