Ry Cooder el productor, hombre clave tras el "descubrimiento" de Buena Vista Social Club. Cooder el músico, con discos tan notables como "Paris-Texas", música para el filme de Wim Wenders. Ambos lados del disco, como en los tiempos del vinilo, se juntan en su última incursión, "Mambo Sinuendo".
Éste es un divertimento en clave optimista de los años cincuenta, coqueteando con el lounge y el mambo, entre Esquivel y Pérez Prado, en el que Cooder deja el mojito y toma un daikiri junto a Manuel Galbán, gloria cubana de la guitarra eléctrica y parte del grupo fundamental "Los Zafiros". El resultado: la banda sonora de una fiesta a media marcha, con ese sonido intraducible al castellano, el "twang" de las guitarras eléctricas, a lo largo de esta grabación.
En otro disco, cuando Ibrahim Ferrer canta su célebre "Mil congojas", es Galbán quien suena atrás. En "Mambo Sinuendo", registrado en los estudios Egrem de la isla, prácticamente todo es fondo. Sólo en el tema homónimo - compuesto por Cooder, su hijo y Galbán- aparece alguna voz. El resto es bajo (con "Cachaíto" López), percusiones y la dupla de guitarras. Puro instrumento. Así es en "Patricia" de Pérez Prado, en "Drume Negrita" de Ernesto Grenet, en "Monte Adentro" de Arsenio Rodriguez y en "Échale Salsita", la guaracha de Ignacio Piñeiro.
"Poderoso, lírico y divertido" es la evaluación que hace Cooder de los doce temas del disco. Una grabación que podría ser la última de sus aventuras en Cuba, ya que anteriores trabajos sólo fueron posibles por una autorización dada por Clinton. El embargo contra la isla sigue y, por lo mismo, "Mambo Sinuendo" sería el canto de cisne de los Buena Vista. Por lo menos al alero de Cooder, su gran mentor.
E.C.M.