Aun antes de casarse con ella, el veterano André Previn ya le estaba dedicando composiciones a la intérprete alemana Anne-Sophie Mutter. Tal es el caso de la breve obra para violín y piano (totaliza quince minutos y medio) que da título al álbum. Mutter la despacha con gran mimo y energía y su marido la acompaña resaltando el espíritu ligero y alegre de la pieza. Previn se repite el plato en la suite arreglada por Heifetz a partir de números de "Porgy and Bess", de Gershwin. Pero ni aquí, ni en las tres danzas húngaras brahmsianas (transcritas por Joachim), ni en las miniaturas de Kreisler se oye a la violinista en su elemento. Son momentos apabullantes, pero no acierta plenamente con el clima de las páginas. Lo mejor está al final: una estupenda rendición de la noble Sonata Nro. 1 de Fauré (con su partner habitual, Lambert Orkis, al igual que en Brahms/Joachim y Kreisler). Aquí sí brilla la gran Anne-Sophie, llena de imaginación, musicalidad y técnica prodigiosa.
