Hay algo en Enrique Iglesias que deja mal a su padre, el inefable Julio. Será que Enrique no necesita andar con mocasines sin calcetines para verse natural. Será que mientras papá se jacta de su adicción al placer erótico, él mira a las chicas como moscas caer a su lado sin que se le inmute un pelo de la barba de dos días. Papá Iglesias no dejaría pasar una.
Iglesias Jr. no es un buen cantante (su padre tampoco lo ha sido nunca), pero sí un gran intérprete, que saca todo el partido emocional posible a su registro algo destemplado. Tiene ese don de cantar la frase más ligera como si fuera un credo solemne. "Cosas del amor" no es un disco de grandes canciones que hagan el peso a la notable "Experiencia religiosa" (escrita por Chein García, quien también colabora en este disco). Al revisar las seis canciones de su autoría, el hijo pierde por puntos con el padre. Pero da lo mismo. Este disco se va a vender igual porque la carrera de Enrique Iglesias va en indiscutible ascenso como un misil apuntando impaciente hacia el cuartel general de Luis Miguel. Todo está en que el español se haga asesorar tan bien como el mexicano en cuanto a los compositores que lo apoyen. De todas maneras, "Cosas del amor" muestra un meritorio esfuerzo de Iglesias por rozar el feudo del pop y alejarse en algo de la balada clásica en canciones como "Ruleta rusa" y "Para de jugar". Del resto, se destacan "Alguien como tú"y "Contigo".
Julio Osses M.