Este disco doble es la primera antología de Quilapayún a tres décadas de su nacimiento y expone claramente, en una pulcra remasterización, el valioso trabajo del grupo chileno radicado en Francia desde 1973.
Incluyendo interpretaciones históricas de su catálogo, como "La muralla" o "Plegaria de un labrador", el disco despliega a lo largo de 32 temas los vértices musicales de la agrupación: folclor y academia.
Son muchos los logros artísticos de Quilapayún, al margen del específico punto de vista con el que abordó sus contenidos, acorde con la conciencia ideológica propia de la Nueva Canción Chilena de la que emergió: el grupo racionalizó ciertos elementos autóctonos de la música rural, introduciéndolos en forma conciente en su música. Rescató vientos andinos, zambas, cuecas, valses y ritmos caribeños, y los fusionó delicadamente con la tradición europea. De ella recogió la expansión armónica dentro de estructuras predeterminadas, y el desarrollo de motivos líricos asociados a la literatura, apropiándose de versos de García Lorca o Neruda como la poesía de Schiller inspiró a Beethoven o los textos de Nietzsche a Wagner.
El grupo se muestra imbatible en la expresión de la sensibilidad de autores como Violeta Parra y Víctor Jara, y logra en la célebre interpretación de sus temas ("La carta" o "Paloma, quiero contarte") el mayor brillo. Quilapayún resulta a esta altura una grupo inesquivable en el desarrollo musical chileno y esta antología es llave apropiada para conocerlo. El sesgo ideológico del grupo - que emprendió su carrera en un exigente contexto socio cultural y político- no debería restringir la apreciación de su elaborada obra.
Paula Molina
