Hay combinaciones que resultan muy tentadoras. Estamos en presencia de un disco que destaca en planos como la selección del repertorio, calidad de la interpretación, un remasterizado excelente y la conveniencia del precio. El volumen viaja sobre las ruedas de un viejo carro llamado Frans Brüggen, que con sus flautas impulsadas por pulmones menos bombardeados por el tabaco en días pasados, construye tejidos sonoros de una compacta solidez. Las flautas dulce y traversa - de época, por supuesto- del holandés se pasean por las versiones originales de los que después de una revisión llegarían a ser los conciertos 1 al 6 del op. 10 de Vivaldi. Y como si con esto no bastara, se incluyen dos conciertos para oboe, uno famosísimo y el otro menos conocido. El grueso sonido del instrumento de Bruce Haynes llena de dulzura el aire en la famosa página de Alessandro Marcello y vence con virtuosa precisión las dificultades de la obra de Giovanni Platti. Gran adquisición.
Pablo Arce Castillo