Circula por ahí una teoría que dice que Otto Klemperer era un intérprete tan excelso de Beethoven porque conocía como éste el dolor físico y psíquico.
Klemperer se sobrepuso a problemas como un tumor cerebral, la persecución nazi y un accidente de aviación. Terminó dirigiendo en silla de ruedas. Si la supuesta teoría sirve de algo o no, poco importa. Es indesmentible que sus interpretaciones de Beethoven se merecen el carácter de legendarias. Hasta hace poco tiempo formaban parte de atesoradas discotecas de vinilo, pero ahora están en disco compacto.
Las versiones de la cuarta y la séptima del sordo de Bonn son soberbias, de una claridad que resplandece a pesar del paso del tiempo. Emi Classics, 1998.
Pablo Arce C.