Cada nueva grabación dedicada a Marc-Antoine Charpentier (c.1643-1704) asombra al tener en cuenta el abandono en que estuvo sumida su obra hasta hace apenas unas décadas. Sobre todo si del registro se encargan especialistas tan competentes como la agrupación dirigida por Hervé Niquet. No está claro a qué miembro de la prominente familia Mauroy está dedicada la más larga de las misas de Charpentier. Lo que sí es indiscutible es su gran belleza y magistral construcción. Niquet extrae milagrosos matices, tanto de los solistas vocales como de los instrumentistas, construyendo una auténtica atmósfera de religiosidad. Otro pilar fundamental de esta interpretación se encuentra en el magnífico desempeño de Michel Chapuis al órgano, quien asume su parte - tal como lo pide el autor- a través de imaginativas y sobrecogedoras improvisaciones. Presentación de lujo y muy buen sonido.
Pablo Arce C.