Las cantatas Agrippina condotta a morire, Armida abbandonata y La Lucrezia, de G.F. Händel (1685-1759), fueron escritas durante su permanencia en Italia, entre 1706 y 1710.
La soprano Eva Mei encarna a estas mujeres en desgracia, dando relevancia y credibilidad al discurso. Privilegia la expresividad antes que consideraciones estilísticas rígidas.
El acompañamiento de Il Giardino Armonico ahonda en el apasionamiento con que se entregan estas historias de condena, despecho, furia, violación, suicidio y deseos de venganza.