Hace rato que Ángel Parra demostró que como jazz man tiene atributos suficientes como para destacar con luces propias. No junta ni pega, quinta placa editada al frente de su ahora quinteto, sitúa al chileno y compañía en los terrenos del jazz sicodélico que lideraron a fines de los sesenta Jimmy Smith o Lalo Schifrin, pero desde una particular relectura cargada de colores y timbres locales. Algo así como Wes Montgomery tocando y absorbiendo los sonidos que otrora podían escucharse en el Cinzano de Valparaíso. Dicha mezcla, combinada con una dosis de modernismo en el tratamiento de las melodías, le permite a Parra materializar un registro jazzístico fresco y, como pocas veces en nuestro medio, con identidad.
L.F.G.
