Max Rudolf sólo dirigió una vez esta ópera en el Met de Nueva York. Y la soprano Eleanor Steber nunca cantó allí el rol principal. Sin embargo, ellos destacan - junto al tenor Richard Tucker- en esta conmovedora versión del famoso drama pucciniano. Batuta detallista, convincente desarrollo dramático y sólido despliegue técnico en los protagonistas, junto a secundarios consistentes. Estupendo sonido monoaural, para ser un reprocesado de 1949.