Grabaciones de dos etapas, 1907-1912 y 1926-1928, constituyen este recital del mítico bajo ruso Fedor Chaliapin (1873-1938). Al margen de las deficiencias técnicas en el sonido, permite acceder, a un precio razonable, al arte de uno de los cantantes más influyentes de la historia de la ópera. Un momento particularmente sublime es su interpretación del aria de la muerte de Boris Godunov.